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A menudo se confunde la tela denim con los pantalones vaqueros. Sin embargo, son dos materiales muy distintos cuyos caminos se cruzaron hace mucho tiempo y ahora son casi indistinguibles. Entonces, ¿qué los hace diferentes y cómo se puede distinguir? ¡Respuesta!
En contra de lo que se podría pensar, los vaqueros no se refieren necesariamente a los pantalones, ya que son ante todo un tejido de algodón, lana, lino o cáñamo. Apareció en el siglo XIII en el norte de Italia y se llamó por primera vez "futaine de Génova” en referencia a la ciudad que la producía. Al ser extremadamente resistente, es un tejido utilizado por los campesinos para la ropa de trabajo. También se utiliza para los forros y la ropa interior.
Con el tiempo, se perfeccionaron las técnicas de tejido y fue en el siglo XVIII cuando la sarga de algodón empezó a ganar popularidad en Inglaterra. Es un tejido que crea líneas diagonales para conseguir un efecto más suave y menos arrugado en los pantalones. Los vaqueros tuvieron pronto tanto éxito que se produjeron en grandes cantidades en Lancashire. Luego se tiñeron de marrón o sin blanquear y finalmente tomaron el nombre de ”Jean", en referencia a la ciudad de Génova de la que provienen. Finalmente, no fue hasta 1853 cuando Levi Strauss comenzó a crear pantalones de trabajo de tela vaquera y sentó las bases de la famosa marca Levis.
El origen de la palabra denim sigue siendo objeto de debate. Inicialmente, procedería de la ciudad de Nîmes, que utilizaba la técnica de la sarga desde el siglo XVI. El denim sería, por tanto, la contracción “de Nîme” y habría pasado al lenguaje común. A diferencia de los vaqueros, se trata de una textura 100% de algodón que no utiliza fibras de lino o lana. Por eso se atribuye su creación a Inglaterra, que habría recuperado la técnica de tejido de Nîmes para utilizarla con una base de algodón. Esta técnica se exportó entonces ampliamente a toda Europa y especialmente a América, que es el mayor exportador de algodón del mundo.
La otra diferencia con los vaqueros es que la tela denim no se tiñe en absoluto. Por eso tiende a desvanecerse gradualmente con el tiempo hasta alcanzar un color determinado. Muy solicitado por su tacto más suave y su textura blanda, era mucho más cómodo de llevar y se convirtió rápidamente en un elemento imprescindible de la ropa de trabajo de la época.
En los años 1800, los vaqueros eran de una textura muy utilizada para la ropa de trabajo en Estados Unidos. Se utilizaba para vestir a los esclavos que trabajaban en los campos de algodón. En aquella época, no eran pantalones, sino un tipo de mono pesado llamado ”Over-all". En 1853, Lévi-Strauss conoció al sastre Davis, que tenía que hacer un par de pantalones fuertes para un leñador. Hizo algunas modificaciones en la prenda, añadiendo remaches de cobre para reforzar el tejido en los puntos de desgaste y los bolsillos. Y así nacieron los famosos vaqueros.
El éxito fue tal que en 1873 presentó una patente que mejoraba su sistema de fijación. Unos años más tarde, añadió una doble costura para dar más solidez a la prenda y abandonó los tirantes en favor de las trabillas. Estos pantalones se convirtieron rápidamente en un emblema y empezaron a ser usados por niños y mujeres. En 1930, los vaqueros se asociaban a los vaqueros en los anuncios country-chic y poco a poco fueron conquistando a las generaciones más jóvenes en los años 50 acompañando a los moteros en Harley-Davidsons. El denim y los vaqueros son una historia de amor desde hace 150 años. Y aún hoy, el denim sigue siendo una apuesta segura por su flexibilidad, suavidad y extrema longevidad.